¿Es realmente su perro intolerante al pollo?

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¿Cuántas veces hemos oído que los perros no toleran el pollo? Se ha convertido en un tema de discusión habitual entre los propietarios de perros, a menudo acompañado de preocupaciones sobre la dieta de su peludo amigo. La carne de pollo es uno de los ingredientes más comunes en las dietas comerciales para perros. De hecho, muchas empresas de alimentos para mascotas la utilizan ampliamente, a menudo como componente principal de sus fórmulas. Pero, ¿se trata realmente de una intolerancia?

El mito de la intolerancia al pollo

A menudo, cuando los propietarios se dirigen a expertos caninos o nutricionistas preocupados por la intolerancia al pollo, es interesante observar que rara vez han alimentado a su perro con pechuga de pollo. El origen de la intolerancia puede estar en alimentos específicos que contienen proteínas de pollo, pero también en otros componentes, aditivos o alérgenos de las fórmulas alimentarias.

He tenido la oportunidad de trabajar con numerosos perros cuyos propietarios creían que eran intolerantes al pollo. Sorprendentemente, de cinco perros que me trajeron con la creencia de que eran intolerantes al pollo, sólo uno siguió mostrando signos de intolerancia cuando fue alimentado con un alimento de alta calidad que contenía carne de pollo.

Los alimentos de alta calidad están formulados con ingredientes seleccionados y pueden marcar la diferencia en la intolerancia alimentaria de su perro. Un alimento de calidad puede contener proteínas de pollo altamente digestibles que su perro tolere bien, aunque antes pareciera intolerante. 

Además, la intolerancia alimentaria puede deberse a varios factores, como la dieta general del perro, reacciones individuales e incluso alérgenos desconocidos. Por lo tanto, atribuir automáticamente la intolerancia al pollo puede ser demasiado simplista. Por eso es necesario aprender a leer bien las etiquetas de los alimentos, para poder identificar los posibles alérgenos o sustancias que podrían causar intolerancia.

En conclusión, antes de llegar a conclusiones precipitadas sobre la intolerancia al pollo, es esencial consultar a un veterinario o a un experto en nutrición canina.

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Quien soy

Soy Virginia Dallara, desde 2018 me dedico plenamente a la profesión de Naturópata para Animales después de trabajar como Educadora Canina durante más de 10 años.

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